El proyecto de fin de carrera (PFC) de la española Andrea González se presenta como una propuesta para rehabilitar uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Madrid: el Edificio España. De tal manera se desarrolla analizando primeramente el concepto de “levantinismo” que, según González, a raíz del auge de la segunda vivienda en España, surge una tendencia a suspender las reglas que rigen el resto del territorio.
“El área levantinista parece ser capaz de materializar las mitologías, los sueños y delirios de los que modifican las relaciones entre las personas y de las personas con la arquitectura, los usos del espacio urbano convencionales [...] El levantinismo es optimista, salvaje, desprejuiciado. El levantinismo produce innovación", explica González en su memoria.
Bajo este concepto la arquitecta española establece cuatro métodos para apoyar su razonamiento que la llevaron a establecer una estrategia de reconversión. La autora plantea que si el "levantinismo" es real, entonces sería capaz de "levantinizar" algo que provenga de una narrativa completamente ajena, como lo es el Edificio España, actualmente abandonado y centro de una larga disputa entre inversionistas y el Ayuntamiento de Madrid, sobre su propio futuro.
La propuesta de González es una solución que va más allá de una simple rehabilitación, ya que retoma la programación histórica del sitio agregándole una dimensión teórica adhiriendo a ella concepto del levantinismo; una propuesta “aplicado al placer, al disfrute del cuerpo, al hedonismo y al lujo".